lunes, 2 de enero de 2012

Entrevista a Bryan, de Usera (Madrid)



P:  ¿Dónde te pilló el 15M?

B: Fui a la manifestación en Madrid y me dije: hala, ahora como siempre, paseíto y para casa. Luego me enteré que habían acampado, volví, y empecé a trabajar en Sol. Un poco, porque me pareció demasiado grande, y yo no podía estar ahí todo el día, pero, luego ya en el barrio, sí que empecé a involucrarme más.

P: ¿Y qué estabas haciendo en ese momento? ¿Estabas trabajando, estudiando...?

B: Estaba haciendo las prácticas de un modulo de electricidad. Y además me pilló de baja, así que alargué un poco… jajaja

P: ¿Y la marcha? ¿Cómo empezaste con esto?

B: Cuando empezaron las marchas a Madrid, hablábamos, de coña, entre mis colegas, ¿y si nos vamos a Bruselas, a la capital de Europa? Y de repente, plas, nos vamos a Bruselas. Pues pa’lante, jeje.

P: ¿Cuál crees que ha sido tu motivación de empezar esta marcha y de seguir?

B: Pues para mí, la única motivación que tengo con el 15M, aunque suene crudo, es difundir mensajes y abrir mentes. Tampoco creo que sea la panacea revolucionaria, eso vendrá en todo caso después de esta etapa de aprendizaje, y mi motivación es compartir mis experiencias, aprender de las de los demás y dar alternativas.

P: ¿Qué problemas has visto en la marcha y qué aciertos?

B: Problemas con la propiedad privada, con el egoísmo y la falta de compromiso. Aunque queramos luchar contra el Sistema, lo llevamos muy dentro, y hace falta un autoanálisis: para aprender, tenemos que olvidar muchas cosas.

P: ¿Y qué aciertos?

B: El crear asambleas populares, el seguir trabajando de manera horizontal, aunque haya algunos individuos, no quiero decir en la marcha, sino en general, que estén hablando ya de verticalizar un poco el movimiento, me parece muy importante eso, que sigamos trabajando así, que sigamos incansables pa’lante y que vayamos aprendiendo y mejorando, al menos en la mayoría del conjunto, del grupo.

P: Algún momento bueno y algún momento malo que recuerdes así, especialmente...

B: Momento bueno, cuando llegamos a París, y ver la resistencia, cómo dejamos nuestras rencillas personales, y ahí estábamos, aguantando todos juntos. París ha sido muy emotivo. Y malo, pues cualquier momento relacionado con discusiones. Especialmente lo del tema del cubano, que para mí no fue totalmente error del cubano sino también… No hay que caer en esos juicios masivos sin escuchar a la minoría.

P: ¿Qué tema fue ese?

B: Lo del quedarse con un dinero, que quizás el problema hubiera podido solucionarse de otra manera si hubiésemos escuchado a la minoría… No le justifico, me parece fatal lo que hizo, pero me parece que deberíamos trabajar sin dinero, aunque visto lo visto, necesitamos unos mínimos porque no somos lo suficientemente maduros. Y bueno, simplemente eso, ¿no? El dejarnos guiar por la mayoría, deberíamos corregirlo. La horizontalidad, para mí, también se basa en que la mayoría no se imponga a la minoría, en que las minorías tengan su voz y puedan ser escuchadas y tengan su lugar.

P: ¿Qué esperabas de esta marcha y de qué modo te ha sorprendido?

B: Esperaba concienciar a mucha gente, y mucha solidaridad internacional, tanto por nuestra parte como por parte del resto de la gente. Me ha sorprendido que somos un grupo muy variopinto, pero podemos congeniar; con nuestros más y nuestros menos, podemos formar parte de una misma sociedad Y espero crear un sentimiento internacional, horizontal, y darnos cuenta de que todos somos humanos luchando contra lo mismo y por lo mismo.

P: ¿Cómo lo has visto a nivel internacional? O sea, en esta marcha ha habido gente de otros países, y ya hemos pasado por dos países diferentes, como han sido España y Francia… ¿has notado muchas diferencia? ¿Más diferencias de lo que nos une?

B: He notado diferencias a nivel económico, pero a nivel de las personas me parece que estamos todos bajo el mismo sistema opresor y entre los mismos muros de la misma cárcel. Entonces la respuesta es parecida, muy similar a la de España. El mayor problema que he visto, precisamente entre los integrantes de la marcha, es que todavía quedan ciertos restos de patriotismo, o racismo, que conllevan diferencias; generalizamos mucho con los pueblos y los países.

P: ¿Qué tipo de vínculos personales o relaciones personales crees que se dan en la marcha? ¿Crees que son muy diferentes a los que se dan fuera?

B: El tema de la amistad creo que es parecido. Aunque más rápido, aquí va todo mucho más acelerado. Y en el tema amoroso… quizás sí se ve un poco más relaciones liberadas, o libres por decirlo de alguna manera. El resto de relaciones similares, pero más rápidas, y si son distintas, se verá con más tiempo; no ahora.

P: ¿Crees qué es muy diferente esto a una acampada?

B: Sí, sobre todo a la hora de trabajar. Aquí estamos en constante movimiento, y esto te requiere mucho esfuerzo físico y psicológico.

P: ¿Qué has aprendido de la marcha?

B: He aprendido, sobre todo de errores personales, que no sabemos lo que tenemos hasta que no te ves en un círculo que es fuera de lo habitual, y te das cuenta de errores que encuentras en otras personas, y si canalizas un poquito, te das cuenta de que tú también los tienes… A la hora de trabajar, soy una persona que abarco demasiadas cosas, siempre, y no puedo trabajar bien en ninguna. y creo que lo estoy corrigiendo un poco, intento compaginar mejor el trabajo, digamos que he recuperado un poco el trabajar en grupo, al vivir en una sociedad distinta de la microsociedad que yo tengo en mi casa, en mi barrio, en mi ciudad…

P: ¿Qué tipo de sociedad alternativa te gustaría que surgiera de aquí?

B: Pues no sé… jeje ¡Habría que escribir un libro! Pero vamos, para mí, la sociedad tiene que ser horizontal, pero horizontal en el más amplio término. Es decir, no porque sepas expresarte peor, la gente te dé menos importancia a la hora de hablar; es un cambio interior, sobre todo. Cada persona debe darse cuenta de que no todos no nos expresamos igual, no todos hablamos igual. Para mí, el dinero no debería existir, tendríamos que abolir el tema de castigos y premios. La familia me parece que está muy mal enfocada, si un niño vive con un padre y una madre, o con un círculo muy pequeño de personas, está condenado a cumplir muchos de los errores de esas personas; me parece que la educación debe ser de toda la sociedad, y que un buen punto para empezar sería hacernos responsables de nosotros mismos, en vez de ser dependientes del Estado, de ciertas cosas que nos atontan, y no nos damos cuenta de que podemos aprender por nosotros mismos, podemos ser todo lo que queramos, podemos corregir nuestros propios errores y cada vez evolucionar más, sin competir.

P: ¿Qué objetivos te gustaría que se cumplieran con esta marcha?, ¿crees que se están cumpliendo o se van a cumplir…

B: El objetivo que más me trajo aquí, aparte de objetivos personales que todos tenemos, como la propia experiencia, es el intentar expandir ese sentimiento de que todos estamos bajo el mismo yugo, todos, de una manera o de otra: desde el que vive mejor hasta el que se muere de hambre; es el mismo yugo, aunque en unos aprieta más fuerte, y en otras se pueda soltar más. Me gustaría que se difundiese el mensaje de que todos estamos bajo el mismo techo, y solamente podemos ver la luz del sol, si lo tiramos entre todos, o por lo menos, empezar a hacer una ventanita.

P: ¿Qué piensas hacer después de Bruselas, y qué piensas que va a pasar con este grupo?

B: Espero que salgan muchos proyectos, como marchas, creación de sistemas de vida alternativos, autogestionados... Yo tengo que volver a Madrid, un tiempo al menos, por motivos personales, y después iremos viendo. No me cierro a nada, porque todavía no sé qué cosas van a salir, qué planes, ni qué proyectos, pero lo que tengo claro es que tengo que volver a Madrid, y luego ya retomaré la lucha con algún proyecto.

P: ¿Se te ocurre así alguna cosa que no haya salido, y que te gustaría responder, o para meter en otras entrevistas?

B: Sobre todo, me gustaría decir que tenemos que empezar a trabajar desde el ejemplo, empezar a ser autosuficientes, y me gustaría mucho que se empezase a romper el miedo de verdad. No sólo el miedo físico, sino ese miedo psicológico, ese miedo social, ese miedo emocional; que rompamos todas nuestras barreras mentales, y que empecemos a trabajar acorde lo que pensamos. Ocupaciones rurales, o en la ciudad, o cualquier otro proyecto, pero que de verdad sea acorde con lo que decimos. Y yo creo que deberíamos empezar a trabajar en la sociedad que queremos.

P: ¿Algo más?

B: Una cosa que a mí me ha servido mucho, y que creo que aprendí mucho de ella, es no agarrarse a ideas, no agarrarte a emociones ni a sentimientos, ni a experiencias… lo que quiero decir es que, no es que no tenga una concienciación de lo que quiero, ni vaya a la deriva, pero en cualquier momento, una idea puede variar, y me parece muy importante eso: el no agarrarnos ni a experiencias, ni a ideas, ni a sentimientos porque todos los días puedes aprender y olvidar cosas.

P: ¿Crees que han cambiado mucho las ideas, últimamente?

Por ejemplo, yo, en el instituto empezó mi lucha social, pero después perdí un poco la esperanza, digamos que había olvidado muchas cosas que había aprendido en los procesos de esa época, e incluso piensas que son gilipolleces de joven... y a partir del 15 de mayo, aunque me he llevado también muchas desilusiones, me han dado ganas de trabajar otra vez, he vuelto a confiar en nuestra lucha, en mi lucha, en la lucha del del ser humano, he vuelto a aprender que el cambio es posible, y que el capitalismo parece muy fuerte, pero pende de unos hilos que, aunque están escondidos, son muy débiles.


1 comentario: