martes, 20 de diciembre de 2011

Entrevista a Mario, de Móstoles y Sevilla la Nueva



P: ¡Cuéntame, Mario!

M: ¿Qué quieres qué te cuente?

P: Qué hacías… antes del 15 M.. esas cosas.

M: Jaja, con qué profundidad a estas horas de la mañana. ¿Qué hacía? 

P: ¿Te han contado, no? Estamos haciendo una serie de entrevistas... 

M: Sí.

P: Pues nada, tú suelta lo que quieras, como hablamos siempre tú y yo… en el camino, ¿no? Entonces nada, cuéntanos un poco…

M: Pues yo soy un buscador. Un buscador de… no sé lo que busco, creo que conocerme, y seguir un camino en la vida, de ser fiel a mí mismo, y pienso que este movimiento me ha dado la oportunidad de comenzar ese camino de búsqueda interior que en la sociedad no encuentras el espacio para desarrollarlo. 

P: ¿Qué hacías antes del 15M? ¿Trabajabas en algo?

M: El vago. No, hombre… Sí, trabajaba, sigo trabajando, estoy de vacaciones, en el ámbito de la actividad física y la educación. Pero estaba un poco plof. Ya, con 40 años, tenía ganas, tenía inquietudes, de meterme en asociaciones políticas, para influir, para poner mi granito de arena en el funcionamiento mejor de la sociedad. 

P: ¿Cómo empezaste con el 15M?

M: Pues el martes ese después del 15 de mayo, me lo comentaron en un bar que estaban reuniéndose, allí en Sol, y lo primero que dije fue: buah, estos serán unos energúmenos, violentos, y seguro que estarán ahí desparramando, y yo que sé, comunistas o no sé. Pues eso, manipuladores y todo el rollo. Y a los dos días de haberlos criticado ahí, pues dije: ¡hossstia!, me he equivocao. ¡Me he equivocaooooo Mario! ¡Otra vez! Como miles de veces. Y en cuanto me informé, y leí tres cosas, ya dije, hostia,  esto está guapísimo.  Ya empecé a ir a Sol, y guay. Ahí, en las asambleas esas,  más extensas, que la hostia. Y allí me enganché, y luego en las asambleas de pueblo, que creo que ha sido lo mejor que ha hecho el movimiento. Extenderse a la la localidad pequeña. O sea, al barrio, al bar de tu casa y con tus vecinos: desde lo local, resolver lo global. 

P: Antes ¿estabas implicado social o políticamente en alguna cosa?

M: A mí siempre me ha gustado mucho, cuando he tenido la oportunidad. Ahora estaba en cooperativas de consumo. Y sí, quizás socialmente, tenía que haber buscado mi lugar. Lo iba buscando en algún partido político, pero nunca... Y he focalizado eso en voluntariado,  he estado en Cruz Roja, en talleres de educación para la paz,  para la salud, en temas de droga, etc.

P: En un partido político decías que nunca…

M: Claro. Sí me encantaba ver “La Clave” de jovencito, me gustaba mucho el Garcia-Trebijano,  con su oligarquía de siempre, me gustaba escuchar todas esas cosas, y ahí me me vino quizás la vena, con mi padre que también sabe, que ha tenido cargos políticos, pues me interesaba mucho eso, y llevo unos años diciendo dónde coño me meto, ¿sabes? Estaba dudando si en Izquierda Unida, que siempre he sido más de izquierda, y no sé porqué últimamente en el PSOE, quizás para cambiarlo dentro, desde dentro, el sistema. Pero no había dado nunca el paso de afiliarme. Pero estaba ahí con muchísimas ganas, y apareció esto y vi la luz... 

P: Y a la marcha ¿cómo has llegado hasta aquí?

M: Pues vivo cerca de Madrid, y venía la marcha de Extremadura, no muy numerosa, mejor dicho, dos personas. José de Losar de La Vera, que tenía los pies como dos tanques, que dijo el tío: ¿no va nadie de Extremadura?! ¡Pues aunque sea que vaya uno, yo voy a salir! Y después otra chica, Aurora. Desde Navalcarnero salimos para Madrid, y fue todo tan bonito, y luego la estancia en el Paseo de Recoletos, en una habitación privilegiada en la puerta del hotel Ritz, con césped incluido, que nada, fuimos al Retiro, a ver lo de la marcha a Bruselas, pero yo, no pensando en ir, sino para ver qué se cocía ahí, ¿no? Porque es una acción muy atractiva, por la aventura en sí. Fui, pero sin la idea consciente de ir, pero el inconsciente siempre está presente, y por eso fui. Y cuando me levanté al día siguiente, pues ya mi cabeza… no sé, empecé a hacer la mochila. No entiendo porqué, empecé a ver las cosas que tenía y las cosas que no, y digo, ¿por qué estoy haciendo esto? Digo, hostia, si es que, ahora mismo estoy pensando en irme, y no quiero estar en otro lado que no sea en Sol de camino a Bruselas y así acabé la maleta. Todas las excusas que tenía digo: a tomar por culo, y me voy pa’ sol. Y llegué un par de horas tarde, pero lo pillé en plaza Castilla. Fui a Sol y luego os pillé en plaza Castilla. 

P: ¿Estabas de vacaciones?

M: Sí, las había cogido una semana antes, un mes de vacaciones, y entonces cancelé todo lo que tenía, absolutamente, los viajes que tenía pensados cancelados. Y ya, desde el primer momento, digo: yo quiero acabar en Bruselas. Y pedí en el trabajo dos meses de  empleo y sueldo. Y también me hice una pregunta, digo: ¿Por qué quieres ir? Y hay varias razones: una es enriquecimiento personal, para mí, que sé que va a ser un enriquecimiento increíble, pero quizás la primera razón, y lo digo sinceramente, es que yo creo que que es necesario este movimiento, entonces, yo creo que esta acción es muy importante, para que el movimiento siga avanzando. Y quiero apoyar, con mi esfuerzo, a que el movimiento vaya para adelante.

P: ¿Qué está significando para ti la marcha?, ¿qué estás aprendiendo?

M: Pues no sé, muchísimas cosas, es que el aprendizaje yo creo que es inconsciente todavía. En poco tiempo es difícil analizar cómo te ha cambiado. Pero yo sé que tantos días muchas cosas van a cambiar. Pero para mejor, siempre para mejor.

P:  ¿Qué problemas y aciertos ves en esta marcha?

M: Lo que pasa es que yo siempre soy positivo e intento, últimamente cada vez más, aceptar la realidad como viene. Sé que, como dice Verónica, es un caos fluído. Estoy hablando con muchísima gente, en mi diario apunto pequeñas cosas. Lo que más me gusta es aprender cosas de los caminantes y de la gente de los pueblos, uff, eso es un enriquecimiento increíble. Y claro, funciona muy mal. Yo soy un tío organizado, y lo hubiera organizado todo mejor. Y la primera semana, pues estresao por organizar miles de cosas que hubieran hecho la travesía mucho más amorosa... o sea, fácil, gratificante; pero bueno, no fue así porque fue muy improvisada, con gente de su padre y de su madre, de cada asamblea diferente, y ya está. Entonces, bueno, yo lo veo por el lado positivo de que al ser más dura, pues habré aprendido más.

P: ¿Qué clase de vínculos se están creando aquí?, ¿piensas que pueden ser de alguna manera diferentes  a lo que se establece fuera de la marcha?

M: Totalmente. Pero yo creo que se da en cualquier parte, con gente del movimiento, nos une algo muy profundo, yo veo a cualquier persona del movimiento y directamente ya empatizo con él, porque yo creo que toda la gente del movimiento al final tiene una misma filosofía de vida. Y es gente con la que quiero estar. Con gente positiva, ilusionante, que quiere cambiar las cosas, gente menos individualista. ¿Sabes? Más de cara a los demás. Y para venir aquí, tienes que ser un tío que lo viva mucho para hacer esto, creo. Y entonces pues encontrarte con gente así pues, no sé, es super bonito, y están creándose lazos muy bonitos, y en muchos casos, seguro que muy duraderos, y estoy muy, muy contento porque he hecho la mejor experiencia de mi vida. 

P: ¿Qué clase de sociedad te gustaría que surgiera aquí? 

M:  Otro mundo es posible, y siempre, el valor principal, para mí, es la justicia, hacer el bien en el sentido de no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. Un cambio, como repiten muchos compañeros, un cambio de conciencia. Yo creo que eso es lo que revoluciona. Si nos cambiamos a nosotros mismos, cambiamos el mundo. Y ese es un cambio perdurable, ¿sabes? Perdurable, porque sale del interior de la persona. Cuando una persona cambia en su interior, su vida se enfoca de otra manera, y eso es lo que necesitamos. 

P: Después de Bruselas, ¿qué vas a hacer? 

M: No sé, me gustaría África, pero me da miedo, no sé si miedo; no, no me da miedo. Me gustaría seguir expandiendo el movimiento, lo que pasa que habría que hacerlo con más preparación, pensar un poquito más, planificar más, aquí quizás ha sido por las circunstancias.

P: ¿Se te ocurre alguna pregunta que se puede hacer, tanto ahora como para las siguientes entrevistas? ¿Algo que ha quedado un poco en el tintero?

M: ¿Alguna pregunta? Pues no, la verdad es que ha sido una entrevista muy profunda. ¡Un atraco de Pepe!


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