jueves, 11 de octubre de 2012

Entrevista a Sergi, de Barcelona


P: ¿Qué hacías antes del 15M? ¿Cómo era tu vida? 

S: Yo creo que si le tengo que poner un antes y un después al 15M, sí que es verdad que han cambiado muchas cosas; yo, por ejemplo, no había asistido nunca en mi vida a una asamblea. Y cuando empezó todo esto, a lo mejor ya llevaban un par de días de manifestaciones, y un compañero de clase me dijo: oye, vente a la manifestación a la Plaza Catalunya. Y yo que pensaba que iba a ser una manifestación tipo CC. OO. o UGT, o sea, yo iba a chillar un poco, y a casa, sin conseguir nada, y me encuentro allí con unos altavoces, alguien hablando, haciendo preguntas, respuestas, la gente en silencio, cuando las manifestaciones que yo conocía habían sido ruidosas, y aluciné, aluciné. ¿De qué manera he cambiado? Pues mira, he aprendido mucho a escuchar a los demás, a entender otras maneras de organizar la sociedad y a entender la vida en común. También he aprendido a ver que la sociedad tiene que ser un poco más inclusiva. Y lo sé porque, realmente en Barcelona, la plaza estaba muchas veces llena de indigentes,  incomprendidos, y me ha enseñado también a intentar ver una sociedad que nos incluye a todos, porque si esas personas estaban allí, era realmente porque era el único lugar en Barcelona donde había comprensión, cariño, afecto. Obviamente, la gente participaba, ¿no? Porque todo el mundo tiene algo bueno, y estoy convencido de que todo el mundo tiene algo que aportar a la sociedad.

P: Antes, ¿habías participado en algún grupo social o político?

S: En el 2005, estuve en Nicaragua de voluntario, por inquietudes y, en verdad, un poco por egoísmo, ¿no?, por tener una aventura personal. Y yo creo que allí, de repente, cambió mi vida, porque estuve trabajando en comunidades rurales, y vi la pobreza extrema, niños desnutridos, gente esperando a la muerte, gente sin acceso a la educación y a la sanidad, y a partir de ahí, me empezó a cambiar un poco el chip. Y a lo mejor, el 15M me sirve para seguir cambiando chips...  Y bueno, en una de estas, conocí a un chico muy majo, que estaba organizando un comité, que se llama el Comité de Solidaridad Sandinista de Catalunya, y bueno estamos haciendo unos proyectos, muy pequeños de momento, para incidir positivamente en la sociedad nicaragüense.  Por ejemplo, si la gente no tiene libros, poco puede hacer. Y se nos ocurrió recoger libros, que todo el mundo, en occidente, tiene libros olvidados en algún cajón, libros olvidados en alguna parte, y conseguimos reunir más de 5.000, y los enviamos. Y, además,tenemos algunos proyectos en mente. O sea que ya podéis visitar nuestra página web, del Comité de Solidaridad Sandinista.

P: Y en el 15M, ¿de qué manera participabas?

S: Como salía de trabajar a las 20:30, realmente mi participación ha sido presencial, no he participado tan activamente. Me acercaba, a las 21:00, al menos a escuchar, a estar allí, ¿no? Que estar allí no es poco, si todo el mundo pensara que estar allí no es importante, la plaza estaría vacía. Intentaba aprender algo, a lo mejor, debatir alguna idea con la gente de al lado…

P: ¿Cómo has llegado a la marcha?

S: Antes de empezar el 15M, sí que había leído muchas cosas que me estaba formando una ideología, sí que estaba teniendo espíritu crítico, aprender un poquito a pensar por mí mismo. Y a la marcha, me uní simplemente porque tengo este mes de vacaciones, y qué mejor cosa que seguir aprendiendo, y participar en este movimiento que esperemos que consigamos muchas cosas, siento que tengo responsabilidad de, por lo menos, poner un grano de arena. Y estaba esperando a la marcha mediterránea que saliera, parece ser que no se acaba de organizar, que no, que sí, y ya me cansé un poquito, y dije, pues mira, me pillo un autocar a Burgos, y llegué, me presenté, tímidamente al principio, y luego, poco a poco, pues más alegre y aportando más ideas.

P: ¿Y cuáles crees que son los problemas de la marcha y los aciertos a nivel práctico, que se están dando?

S: Yo una cosa que he aprendido aquí es que los problemas son prácticamente los mismos que vivimos en la sociedad. Creo que la marcha es una reproducción en miniatura de la propia sociedad. Hay gente con problemas de alcohol, o gente que ha pasado por problemas de drogas, gente impaciente, gente agresiva, gente muy buena, gente muy preparada,  un poco de todo. Yo no veo cosas malas, ni eso es malo, porque, al fin y al cabo, si esta gente no estuviera o no los admitiéramos, estaríamos perdiendo realidades, y no creo que eso sea la finalidad ni del 15M ni de esta marcha.

Hombre, claro, a veces la convivencia se vuelve difícil, pero bueno, solucionar esos problemas, ya es un aprendizaje, y aquí estamos todos para aprender, entre otras cosas, a  aceptar al diferente, y a que cada uno pueda desarrollar su propia personalidad. Y a lo mejor, la gente que da más problemas sale de esta experiencia con algo positivo para sí mismo o en el ámbito donde se mueva. Y yo creo que lo mejor de la marcha es precisamente esto, intentarlo, aunque a veces lo consigamos y a veces no, porque no siempre sabemos, la verdad, ni estamos capacitados. Aunque mucha gente nos pensamos que sabemos todo y, realmente, sabemos bien poco…

P: Personalmente, ¿crees que la marcha te está cambiando de alguna manera?

S: Creo que es una pregunta más para cuando acabe la marcha. Porque, a veces, hasta que uno no viene de los viajes, o no acaba sus experiencias, no se da cuenta de lo que realmente ha hecho, o de lo que realmente ha aprendido. Aprovecho para decir una frase de Freinet, un pedagogo que me encanta, que dice que “la inteligencia no es el motor, sino que es fruto de la experiencia”, o sea que después de la experiencia es cuando uno se da cuenta de lo que realmente ha crecido, inteligente y emocionalmente. Lo que me está aportando es darme cuenta de que soy capaz, o que intento ser capaz, de encajar en una sociedad completamente distinta, es decir, horizontal, dando oportunidad a todos, respetando el turno de palabra.... También me están cambiando los dedos de los pies, jeje. Y es un cambio físico, no mental, pero también importante.

P: Más allá de los motivos políticos, igual podrías pensar en algún motivo más personal por el que estás haciendo la marcha…

S: Para mí, el 15M está por encima de todos nosotros, entonces cuesta un poquito pensar en objetivos personales. Pero bueno, serían la autosuperación, autodisciplina, autoexigencia. Estar caminando aquí ya supone un esfuerzo, y yo creo que será válido para mi propia vida, es decir que yo creo que me puedo enfrentar a muchas cosas sin creer que no lo puedo hacer. O sea que, para mí mismo, también me sirve.

P: ¿Qué piensas hacer después de la marcha?

S: Bueno, tengo que ir ya al trabajo, que a veces incluso me hace sentir egoísta… como que dejo un movimiento, dejo una gente, por satisfacer mis asuntos personales. Pero no me quiero castigar en ese sentido demasiado, porque de hecho también tengo que ir a la universidad. Aunque es cierto que también podría dejarlo para otro año, pero como he empezado a estudiar tarde, creo que no quiero perder más tiempo, y al fin y al cabo, el formarme como profesor también forma parte del movimiento; o sea, yo creo que los cambios que puedan llegar a producir este movimiento, no van a ser mañana, ni el mes que viene, pueden tardar años y años y años, porque si uno mira a la historia un poquito, desde que una nueva manera de pensar nace, hasta que hay cambios en el sistema, pasan muchos años, por ejemplo, de la Ilustración a la Revolución francesa, pasaron bastantes años. O sea que cuando vuelva a casa, volveré un poco a la rutina de que me exploten un poquito por las tardes, y estudiar por las mañanas.

P: ¿En qué trabajabas y qué estudias?

S: Estudio Educación Primaria y trabajo de fresador. Estoy en una fábrica y estoy completamente en desacuerdo con la manera de trabajar que hay, con las presiones a los que se somete a algunos trabajadores, a las mujeres principalmente, salarios super bajos, obligan a hacer horas extras cuando hay un 20% de desempleo en este país, pero bueno, lo intento llevar bien, por suerte, me respetan y me tratan bien, faltaría más, y lo uso como trampolín para salir precisamente de la industria, porque si no trabajara no podría pagar el alquiler ni podría estudiar.

P: ¿Se te ocurre algún tema que podría parecerte interesante para estas entrevistas?

S: Algo así como ¿para qué crees que te va a servir esta experiencia para tu vida personal después de la marcha? Es decir, que experiencias puedes recoger que luego te sean útiles en tu vida cotidiana, en tu trabajo, e en tu familia. Pues yo creo que sería una buena pregunta: relacionar lo que uno vive aquí con la vida habitual que uno lleva.

P: Y tu respuesta, ¿cuál sería?

S: Creo que algo ya he respondido porque me he extendido bastante. Tuve un profesor muy bueno que creía mucho en la educación inclusiva, cooperativa, incluso haciendo asambleas en clase… en una educación muy diferente a la tradicional, de todo el mundo con el mismo libro y el mismo ejercicio. Y él dice que la educación no es un problema para todos lo mismo, sino que es un problema de que cada uno necesita algo diferente. Y yo creo que esta manera de vivir, de entendernos, de ser solidarios, cooperativos, la puedo aplicar a mi vida profesional en un futuro. Porque esto, a la gente en general, no nos entra porque hemos vivido una educación muy tradicional, todos haciendo lo mismo a la vez, y a veces nos cuesta entender otras maneras de educar que incluya a todos los alumnos.

P: ¿Y crees que el hecho de convivir aquí con personas distintas te puede ayudar algún día a la hora de entender también tu trabajo como profesor? 

S: Sí, el mundo cada vez es más heterogéneo, y el que no lo vea, o no lo quiera aceptar es su problema o está ciego y no comprende mucho como funciona el mundo. Cada día, hay mejores transportes, más rápidos, más eficientes, más baratos; la comunicación es espectacular, te puedes comunicar desde cualquier lugar con cualquier persona, y esto  provoca que nuestra sociedad cada vez sea más heterogénea, con personas con diferentes formas de pensar, diferentes valores, diferentes formas de hacer las cosas, diferentes culturas, diferentes religiones. Las aulas del futuro se van a convertir en un popurrí de personas, y yo creo que en la diversidad, hay que encontrar la manera común de hacer de la diversidad algo creativo, y no una imposición de los unos a los otros. Por lo tanto, tomar contacto con personas de diferentes lugares, me va ayudar a mi futura profesión, porque, al fin y al cabo, cuando tenga entrevistas de padres y madres, pues seguramente me vendrá un padre chino, un padre alcohólico también, es un problema que existe en la realidad, alguien magrebí, alguien con el pelo largo como tú…

P: Jajaja

S: Y me servirá la experiencia de estar aquí, intentar comprender y aceptar la diferente manera de pensar de cada uno...


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